«En el mundo perfecto mío, el que no quiera, no existe«
Por Jasa Rehm
El silencio, al lado de la noche, parece el mayor miedo, pero es sólo el inicio. Es un caballo en medio de la nada, pastando el frío y viajando a ningún lugar, buscando encajar en la selva equivocada, o también puede que buscando que los demás encajen en sus propios mundos inciertos.
Luego, llenos de ruido, violencia y poesías de calle, llegan los colores de un territorio inigualable. Una ciudad caliente, por la primavera eterna y también por los variados juegos de supervivencia. Para algunos (lejanos y televidentes), dinámicas de producción audiovisual, para otros, un día como otro en medio de la jungla de asfalto.
Los Reyes del Mundo no se quedan sentados en sus invisibles tronos, viajan para reconocer su imperio y descubrir las fronteras reales en las que deberán enfrentar a otros reyes, usurpadores de calma y libertad, portadores de sosiego y destructores de sueños.
Los antagonistas siempre están ahí, en forma de humano, de niebla o de duda, incluso, el mismo camino es antagonista, incierto y variable, como la seguridad de un rey. Así, la historia es impredecible, nunca se sabe si es la muerte o la traición, más dolorosa una que otra.
“Dicen que el agua es la sangre del mundo y con sus lágrimas bañan la tierra. El caudal que se ha formado inunda este valle llevándose la memoria de mis abuelos (…) el mar ansioso espera…”
Lo hermoso del cine colombiano (no de todo, por supuesto) es su encuentro con la realidad, su intención de hacernos ver en la distancia de un recorrido de bus, en una sala de cine, lo que realmente sucede en un territorio. Lo que su directora quiso plasmar como una obra de ficción, pero con retazos de la realidad, en la que sus protagonistas, dejaron piel y vida frente a las cámaras.
El universo sin efectos, al desnudo, visceral y extremo, se recoge en cada sonido e imagen, como si nuestra humanidad viajara con ellos, como si ese desayuno estuviera en nuestras mesas o esos renacuajos habitaran en nuestro jardín. La cotidianidad no está sobre expuesta ni redibujada, ni siquiera recreada, es la vida real en un puñado de cintas, mostrándole al mundo la sangre espesa y las cosas claras, con acento propio y problemáticas actuales.
En el recorrido, Ra y su séquito (un séquito de iguales), encuentran, en forma de experiencia, mujeres que regalan su compañía detrás de implacables cantidades de rubor y ropas que antaño fueran trajes de reinos prósperos y vanidosos, pero que ahora, son la mitad del color de lo que fueran los gloriosos tiempos de sus dueñas.
El fuego también hizo de las suyas, una escena tan recurrente en la memoria de nuestras luchas latinoamericanas, pero construida desde el minimalismo; reconfigurando el miedo y dando calor a un himno de la infancia.
Cada uno es rey de sus acciones, tiempos y consecuencias. Cada uno viaja con su reino de palabras y expresiones, de dialectos y mañas, midiendo el camino con la frescura de la juventud y el afán de la vejez. Dormir a la intemperie y comer de la naturaleza es como un bálsamo interminable, pero, infortunadamente, lleno de guardias de otros reinos, incomprendidos, avaros, y dispuestos a robarse la corona de tierra.
País: Colombia
Año: 2022
En cines: 13 de octubre
Duración: 110 minutos
Directora: Laura Mora
Producción: Ciudad Lunar y La Selva Cine
Una coproducción con: Iris Productions, Tu Vas Voir, Talipot Studio, Merfilms
Representará a Colombia en los Premios Oscar 2023, tras llevarse los máximos galardones en los Festivales internacionales de San Sebastián (Concha de Oro), Biarritz (El Abrazo) y Zurich (Ojo Dorado).